Y sé que estos celos pueden, y van, a destruirme.
Sé que tu forma de ser me consume lentamente y jamás vas a asumir el hecho de cambiar porque eso jamás va a estar en tu diccionario.
Entonces te subís a tu envenenamiento y me atropellas una (tus lágrimas me molestan), dos (tu timides me molesta), tres (ya no me paso a preocupar por vos). Y por fin, por fin solo queda el cascaron de lo que fue una bella relación. Solamente va a quedar el salvajismo, el animalismo. El tener sexo solo para la reproducción y las palabras van a dejar de fluir.
Entonces yo me sumerjo en ese envenenamiento y dejo que me quemé de una vez.
Saliendo, saliendo del cascaron. Ni eso puedo decir que estoy haciendo porque mi paz mental no me deja saber quien soy y adonde voy.
Y entonces, salgo, salgo. A caminar, a pensar, a no pensar...quien soy realmente.
En este momento volvió la confusión. Todo es nada y nada es todo.
¿Quién soy y adonde voy?
No me podes dar la respuesta porque nadie sabe la vida de los demás.
Te quiero a vos, pero me enjaule solo en vos.
miércoles, 28 de abril de 2010
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